🜔 LA OBSIDIANA: Espejo de Sombras y filo de Sacrificio

 

“Espejo negro de obsidiana con motivos volcánicos y humo en estilo Art Noveau.”

“Obsidiana: espejo de sombras y filo de sacrificio | Arcane Domus”

La obsidiana, hija del fuego súbito, es un vidrio volcánico que no tuvo tiempo de hacerse cristal. Su negrura no es la de la piedra opaca, sino la del agua nocturna: refleja, pero absorbiendo. Su filo no es el del metal, sino el de la herida sin desgaste: más cortante que el acero, más frágil que la arena. Por eso, desde Mesoamérica hasta Roma, fue a la vez arma y oráculo, bisturí y espejo.

En el mundo náhuatl se la llamó itztli: cuchillo y deidad. Itztli no era un simple material, sino una fuerza viva. En los mitos recogidos en el Códice Chimalpopoca, Itztli es hijo de Coatlicue, asociado a los sacrificios que alimentan al sol. El filo de obsidiana no es neutro: abre el cuerpo para dar paso a la continuidad cósmica. Cada corte es ofrenda, cada hoja tallada es prolongación del deber solar.

Los sacerdotes mexicas usaban discos pulidos de obsidiana como espejos adivinatorios, atribuidos a Tezcatlipoca, “Espejo Humeante”, dios de la guerra, de la tentación y del destino. Hernando Ruiz de Alarcón (1629) describe a adivinos que, mirando fijamente en el espejo, obtenían respuestas de los dioses o de los muertos. No era metáfora: el espejo negro era un umbral real, en el que el ojo humano perdía su reflejo y se abría a otra visión.

La obsidiana acompañó también a la muerte física: cuchillas de sacrificio que abrían el pecho, hojas que sangraban al cautivo. En esa dialéctica brutal, el material confirmaba su naturaleza de frontera: vida-muerte, luz-sombra, aquí-allá.

Europa conoció la obsidiana por rutas etíopes. Plinio (HN 36, 67) la describe como “piedra obsiana” —del explorador Obsius—, negra y brillante, usada para espejos. En Roma se valoraba más como curiosidad que como arma. Pero en el Renacimiento, cuando John Dee consultaba un espejo de obsidiana mexicana (hoy en el British Museum), el viejo Itztli volvía a reír: el mismo material, a un mundo de distancia, seguía siendo portal.

La obsidiana es, en definitiva, una piedra umbral: corta y refleja, separa y revela. No representa el sacrificio ni la visión: los ejecuta.


✦ Bibliografía

  • Plinio el Viejo, Naturalis Historia 36, 67 (obsidiana).

  • Hernando Ruiz de Alarcón, Tratado de las supersticiones y costumbres gentílicas (1629).

  • Alfredo López Austin, Cuerpo humano e ideología: las concepciones de los antiguos nahuas, UNAM, 1980.

  • Elizabeth Hill Boone, Cycles of Time and Meaning in the Mexican Books of Fate, University of Texas Press, 2007.

  • British Museum, inv. Am1974,11.16 (espejo de obsidiana, s. XVI).

  • Michel Graulich, Ritos aztecas: las fiestas de las veintenas, FCE, 1999.



Ophyrium
“Custodio del saber mineral, intérprete de los cuerpos pétreos y de la alquimia terrestre.”




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Este artículo forma parte del legado textual de Ophryon, miembro oficial de la Academia Arcane Domus.